Es ridículo intentar bloquear la información en una era en la que, precisamente, la libre circulación de los datos en la red global es la base principal de las redes sociales.
José Gil Olmos / Análisis
Eruviel Ávila, gobernador del Edomex. Foto: Benjamin Flores |
A la vieja usanza, la edición 1950 de la revista Proceso -que contiene un trabajo sobre la disputa del territorio mexiquense por los cárteles de Jalisco Nueva Generación, la Familia Michoacana, Los Caballeros Templarios y los Zetas- fue adquirida de manera masiva en diversos municipios del Estado de México y algunos puntos del Distrito Federal, con la clara intención de evitar su circulación.
Es ridículo intentar bloquear la información en una era en la que, precisamente, la libre circulación de los datos en la red global es la base principal de las redes sociales.
Lo que intentaron hacer los grupos de personas que compraron miles de ejemplares de Proceso es una de las formas más arcaicas de la censura que por décadas practicaron los gobiernos del PRI tanto a nivel estatal como federal. Lo único que lograron fue verse tan ridículos como un dinosaurio tratando de usar una computadora.
El efecto de esta intentona de ocultar la información resultó contraproducente. En las redes sociales se viralizó la información de la compra masiva de la revista y eso llamó más la atención de los usuarios de la Red y los integrantes de las redes sociales, la mayoría de ellos jóvenes que miran con repulsión el regreso del PRI al poder.
Otros gobernadores como los de Veracruz, Quintana Roo, Puebla, Chihuahua, Michoacán, Nuevo León y Coahuila han hecho lo mismo en su momento. Pero nadie como en el Estado de México ha alcanzado los niveles de compra masiva de una edición de Proceso con fines de impedir su circulación.
Desde que Enrique Peña Nieto gobernaba el Estado de México los niveles de violencia y la presencia del crimen organizado se acrecentaba a pasos agigantados. Con el control de la prensa, Peña aparentó una tranquilidad que no existía en la entidad, y cuando se denunció el aumento de los feminicidios en sus tiempos de precampaña, impidió que se diera la alerta. Hoy se reconoce que el Estado de México ocupa el primer lugar en feminicidios del país.
Con menos efectividad que su predecesor, pero también con deseos de ganar la candidatura presidencial, Eruviel Ávila no ha logrado contener la información y mucho menos la violencia generada por las bandas del crimen organizado que tienen el control absoluto de 32 municipios de la entidad.
La violencia y las bandas criminales han rebasado el gobierno mexiquense y pese a los ridículos esfuerzos del gobernador para truncar la circulación de las noticias, además de comprar espacios en Televisa -donde invariablemente aparecen notas pagadas- esta realidad seguirá existiendo y miles de mexiquenses continuarán sufriendo el terror creado por el crimen organizado.
Twitter: @GilOlmos
(Las opiniones contenidas en el texto son responsabilidad exclusiva del autor)
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